
NOTA AMPLIADA DE LA PUBLICADA EN LA EDICIÓN ESPECIAL RIO DE JANEIRO, DE REVISTA BAR AND DRINKS NRO. 72/ 2025

En el corazón del centro histórico, esta antigua Confitería es todo un emblema de Rio de Janeiro, testimonio viviente de su rica historia cultural, arquitectónica, y uno de los principales puntos turísticos en esa zona. Lejos de ser una zona “chic”, se ubica en una angosta calle tipo peatonal, que a los porteños nos recordaría a San Telmo.

Inaugurada el 17/sept./1894 por los inmigrantes portugueses Joaquim Borges de Meireles y Manuel José Lebrão, la Colombo ha sido testigo de innumerables eventos y acogido a figuras prominentes en más de 130 años. Punto de encuentro para intelectuales, artistas y políticos locales, como los presidentes Getúlio Vargas (1930-45; 51-54) y Juscelino Kubitschek (1956-61). Imaginen que cada presidente tenía una silla especial en la planta superior, y el nuevo rechazaba sentarse en la del anterior.


El edificio de la “Confiteiría Colombo” es una joya del estilo francés Art Nouveau, reflejando la elegancia de la Belle Époque carioca. Pasó por 4 reformas -1897, 1900 y 1912-, en un contexto de modernización urbana “a la europea”. Así Río pasó de 270mil habitantes a +550 mil, siendo capital del país hasta 1960.


Entre 1912 y 1918, el interior de la Confitería sumó enormes espejos de cristal biselados traídos de Amberes-Bélgica, enmarcados por frisos tallados en madera de jacarandá oscuro. Puestos para poder ver infinitamente el interior de la confitería, reforzando la sensación de amplitud. El mobiliario con mesitas de mármol, sillas de paja y mucha madera hoy da cuenta de una atmósfera de mas de un siglo atrás.

En 1922, se añadió un 1er piso para un salón de té, destacando un tragaluz de vitraux ovalado que permite la entrada de luz natural y realza la espectacular belleza del espacio.

ALMACÉN CONFITERÍA
Tal como ha sido el origen de El Gato Negro en Buenos Aires (Av. Corrientes 1669) que abrió en 1927, la Colombo era como un almacén de secos (cafés, tés y especias), normal en la época, combinado con café-bar, dulces y comida básica. De hecho, el término “confitería” sale de los sitios que vendían confites (golosinas) por peso. Con el tiempo empezaron a vender pastelería, cafés y se volvieron sitios sociales. Así fue el inicio también de Confitería La Ideal en el microcentro porteño (Suipacha 384), fundada en 1912 y la más parecida en todo a la Colombo.






Las confiterías eran rincones de sofisticación y modernidad, en las calles del Centro iluminadas con lámparas a gas, con tranvías pasando. Puntos de encuentro y aspiracionales a la vez, donde se debatía de política, literatura, moda y música, atendidos por un personal mayoritariamente inmigrantes portugueses.

ESPACIOS Y PROPUESTAS
El salón principal en planta baja, que acumula filas de hasta 1/2 hora esperando entrar, es el espacio habitual para desayunos, almuerzos ligeros, meriendas y para algún aperitivo. Se llama BAR JARDÍM, para 150 personas que llegan para sentirse quizás 50, 70 u 100 años atrás. Todo ayuda: las mesitas de mármol; las sillas de principios del siglo XX; el mobiliario de madera bien centenario; los mostradores antiguos con pastelería clásica para llevar; y la barra para tomar café parado.



Lo más icónico que ofrece son Tés y meriendas al estilo británico, parecido al Alvear Palace Hotel de Bs. Aires., en bandeja con mini sándwiches, tortas, pasteles, dulces portugueses y salados. Cafés fuertes y chocolates calientes espesos, al estilo clásico europeo, como el que probamos con un Éclair de Chocolate (R$ 21,90), clásico de la pastelería francesa como si fuera un profiterol alargado, de una masa choux rellena de crema pastelera de chocolate, cubierta con un brillante glaseado de chocolate.



El Brigadeiro es la deliciosa especialidad de la casa y el dulce más típico de Brasil, aquí 5 veces más caro. Es como un gran trufa de chocolate y leche condensada, recubierta de grajeas de chocolate.

EL BRIGADEIRO
Súper especialidad de la casa y el dulce más famoso de todos los postres típicos de Brasil, aquí a un precio 5 veces mayor que en otros sitios, es como un gran trufa de chocolate y leche condensada, recubierta de grajeas de chocolate.
El nombre significa “Brigadier”, alto cargo de comando en la Fuerza Aérea Militar. La historia cuenta que en 1945, el Brigadeiro Eduardo Gomes competía por la Presidencia de Brasil. Era tan caballero que las chicas encantadas empezaron a preparar el dulce para ayudarlo en la campaña, pero era difícil conseguir leche fresca y azúcar. Sin embargo, alguien en aquella época descubrió que la mezcla de leche condensada y chocolate daba como resultado un dulce muy sabroso. Así empezó a difundir el “Dulce del Brigadeiro”, y la fama se extendió. Tampoco le alcanzó para ganar. Y aunque en algunos Estados del país lo conocen por distintos nombres, el de la Confitería Colombo sería de los mejores.


Accediendo por un ascensor original del edificio, con ascensorista como en las viejas épocas, en la planta alta tienen el SALÓN CRISTÓBAL COLOMBO. Bautizado así en honor a Cristóbal Colón, cuyo nombre original en portugués es CRISTÓVÃO. Una referencia al conquistador pionero y que le da nombre (apellido en verdad) a la confitería.









Para 180 personas, se ubican las mesas alrededor de un óvalo balconado hacia la planta baja, y ostentando un deslumbrante vitreaux francés.

Allí ofrecen a la carta un mix de cocina española y portuguesa, con platos del mar como Bacalao a la portuguesa o Risotto con camarones, pareciendo más restaurante y menos confitería.
No son los únicos 2 espacios, aunque sí para la visita primera. En el entrepiso está el Restaurante CABRAL, abierto en 2005 para 62 personas, como para cenas de grupos.
El Olavo BILAC (en honor a un viejo habitué) es como un bar más chico a un costado, que da a la calle, para comidas rápidas.
El Espacio Memoria es una sala interesante en el piso superior, con exposición de piezas originales tipo museíto, para encuentros privados de 30 a 50 personas.

EXPANSIÓN COMO COLÓN
Reconocida por su belleza arquitectónica y nombrada muchas veces como uno de los cafés más hermosos del mundo, la Colombo se fue expandiendo. En 1944 inauguró una sede en Copacabana, que en 2003 se trasladó como “Café do Forte” adentro del Fuerte de Copacabana, donde continúa operando con vista al mar.
Otra pequeña sede está en el 1er piso del CCBB-Centro Cultural Banco Do Brasil, en un edificio neoclásico de 1906 que contuvo una sucursal de dicha entidad hasta 1989. Por último otra en Ipanema.


Patrimonio cultural y artístico de Río, es parada obligada esta Confitería en cualquier viaje a este enclave de tiempos lejanos. Para merendar más que para tomarse un cocktail, en camino a otros atractivos en la zona como el Real Gabinete Portugués de Lectura y la Catedral Metropolitana.


CONFEITARIA COLOMBO
Rua Gonçalves Dias, 32 – Centro, Río de Janeiro, Brasil
Horarios: Lun. a Sáb. 9 a 18hs. – Restaurante Cristovao: ídem 12 a 16hs.
Web: www.confeitariacolombo.com.br
IG: @confeitariacolombo (438mil seguid.)
Google Map: 4,5* (+37.400 votos)
Concepto………………….: 10 pts.
Ambientación………..….: 10 pts.
Energía del local……… : 8 pts.
Coctelería…………………: 5 pts.
Servicio al Cliente..……: 7 pts.
Comida de Bar.…..……..: 7 pts.
Diseño de Carta..………: 6 pts.
Comunicación:…..………: 7 pts
Atención a la Prensa….: — pts.
PROMEDIO GENERAL: 7,50 PTS.
